Qué alegría tengo por verle aquí y saber que ahora estaremos juntos en el curso de Mariología, ¡y mucho más!Pero ya que ha demostrado tanto afecto por la Virgen y tanta confianza en nosotros, quiero hacerle una invitación: ¿Sabe que el mundo necesita sacerdotes, para llevar el amor de la Virgen a todas partes?
Quiero invitarle a adentrarse más en el corazón de esta gran familia, ¡y ser padrino o madrina de un sacerdote o misionero de los Heraldos del Evangelio!
¿Ya lo había pensado? ¡Es una gracia única! Poder ayudar, con una pequeña contribución, a la misión y formación de un misionero, de un futuro sacerdote.
Hubo una época en que yo también fui seminarista, y la Virgen me proporcionó almas generosas que me ayudaron a ser sacerdote.
Cuando usted acepta ser padrino o madrina:
¿Puedo contar con usted?
Mantenga su colaboración por el tiempo que pueda. Y no se preocupe si en algún momento no puede continuar.
Que la Virgen le recompense desde ya, el ciento por uno, todo lo que hará por sus hijos misioneros.
¡Haga clic y dé este SÍ, de corazón, por María!